Trailer del thriller The Intruder con Dennis Quaid
¡Dennis Quaid interpretar a un perturbador intruso en The Intruder!
Todo es miel sobre hojuelas cuando una joven pareja de casados (Michael Ealy y Meagan Good) compra la casa de sus sueños en el Valle de Napa. Creen haber encontrado el hogar perfecto para dar los próximos pasos como familia, pero algo muy raro empieza a sucederles...
El extraño vendedor (Dennis Quaid), continúa infiltrándose en sus vidas y en su casa, y descubrirán que tiene motivos ocultos y aterradores más allá de sólo haberles vendido la residencia de manera fácil y rápida.
The Intruder es dirigida por Deon Taylor (Chain Letter, Meet the Blacks).
Quizás sea injusto tener la expectativa de que este director se diera a la tarea de hacer algo original, en vez de entregarse de lleno a todo lo que es ridículo y predecible en este tipo de película. Aun así, Deon es un cineasta consciente que trabaja con otra variación de una trama que ya ha sido utilizada en películas como “Unlawful Entry”, “Pacific Heights” o “Lakeview Terrace”.
Cada una de ellas presenta un matrimonio, en este caso interpretado por Michael Ealy y Meagan Good, que es aterrorizado por un psicópata que eventualmente invade la seguridad de su hogar. Al igual que esas otras producciones, “The Intruder” jamás podrá ser recomendada como una película buena, pero sí es la única donde el elenco y el director logran divertirse con los aspectos más ridículos del material con el que trabajan.
De la producción, el único que disfruta más que el director es Dennis Quaid en el papel titular. El actor es consciente de que su rol ha sido escrito sin profundidad dramática. Esto libera a Quaid para atacar cada una de sus escenas como si su motivación principal fuera comportarse de la forma más absurda y tenebrosa posible. Esto explota por completo en el clímax. Previamente, el filme hace buen uso del carisma natural de Quaid antes de convertirlo en el equivalente de un Michael Myers que no siente la necesidad de ponerse una máscara para aterrorizar a sus víctimas.
Por su parte, Ealy y Good se esfuerzan en las exigencias de su director sin sacrificar la inteligencia de sus personajes. Sus intentos son inútiles ante las partes más ridículas del clímax, pero sí le dan un latido emocional a la producción que impide que pueda ser descartada como chatarra.
Como director, Taylor parece estar convenido de que gritarle al espectador mientras lo manipula y valida la falta de peso dramático de su filme. En eso se equivoca. Su técnica y entusiasmo logran que sea un 'thriller' efectivo, pero no impide que sea entretenimiento desechable.
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